domingo, 17 de julio de 2011

UN CASO MUY COMÚN

A sus años, doña Chila Monti ya estaba entre la frontera de la tierra y el cielo, más cerca del arpa que de la guitarra.
El hijo, Horacio, lo sabía pero se pegó un susto cuando la vió: le giraban los ojos, tenía el corazón en un sofoco y las anos tembleques.Con el poco aire que le quedaba doña Chila pudo musitar:
-Me robaron
Cuando Horacio preguntó qué cosas le habían robado, ella recuperó al instante la visión, la respiración y el pulso.Y el habla. INDIGNADA dijo:
-¿Cosas? bien sabes que yo no tengo nada.Qué me iban a llevar?Me iré con lo puesto cuando Dios me llame.
Y puso los puntos sobre las íes:
-Cosas, no. Los ladrones me robaron las ideas.

Eduardo Galeano, en Bocas del Tiempo.

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